El Mallorca de Javier Aguirre, masacrado en la Liga por las tarjetas amarillas y rojas

El club opta por el silencio, la afición reclama medidas contra los árbitros y los jugadores y el cuerpo técnico ven tarjetas por protestar con mucha frecuencia decisiones que consideran injustas. El último caso fue el domingo ante la Real Sociedad, donde González Fuertes mostró cuatro cartulinas amarillas y expulsó a dos futbolistas y a dos miembros del cuerpo técnico por protestar algunas de sus determinaciones. El sheriff desenfundó el bolsillo como si fuera un vaquero en el oeste, pero en Son Moix, resultando determinante en la tercera derrota de los de Aguirre en casa.

A lo largo de la liga el Mallorca ya ha visto cómo le han mostrado veinticinco tarjetas por protestar o "realizar observaciones de carácter técnico a una de mis decisiones". Dieciocho amarillas y siete rojas. Tanto jugadores como el cuerpo técnico las han visto de todas las formas y en todos los lugares: en el terreno de juego, desde el banquillo, tras finalizar el partido o en el túnel de vestuarios.

El futbolista que más veces ha sido amonestado por discrepar sobre decisiones arbitrales ha sido Jaume Costa, que ha visto la amarilla tres veces. Pero pocos jugadores se libran de no haber visto ninguna por protestar. Hasta once peloteros y cuatro miembros del cuerpo técnico han salido trasquilados. Toni Amor, el segundo entrenador, es al que han expulsado en más ocasiones por este motivo: dos. Pablo Maffeo y Van der Heyden también vieron la roja directa por protestar y Raíllo una segunda amarilla que conllevó su expulsión el pasado domingo.

En el banquillo el médico del equipo, Adolfo Muñoz, y el entrenador de porteros, Luis Vicente De Miguel Rivera, también han visto la roja directa. Llama la atención que el entrenador de porteros ya fue expulsado la temporada pasada en Son Moix también por protestar las decisiones arbitrales de González Fuertes.

Un mal endémico

Javier Aguirre, que ha visto cuatro tarjetas por protestar, dejó claro en la rueda de prensa post partido ante el Rayo Vallecano hace nueve días que le preocupaban las quejas de sus futbolistas hacia los colegiados: "Es culpa nuestra molestar al árbitro. Es muy fácil echarle la culpa al árbitro. Los míos han protestado todas las decisiones. Tienen que reclamar menos, y si reclaman, sin descentrarse".

Una semana después, se demuestra cómo las palabras del vasco no surtieron mucho efecto, pero también es cierto que los números de González Fuertes ante el Mallorca son realmente sorprendentes y preocupantes. De las veinticinco tarjetas que han visto los bermellones por protestar, el sheriff les ha mostrado once, un 44% de las cartulinas que han visto por protestar esta liga. Ya sea porque se revelan o porque el sheriff tiene facilidad para apretar el gatillo, el Mallorca tiene un problema y debe buscar una solución.