Año viejo
La tradición de la "quema del Año Viejo" es una práctica muy arraigada en Ecuador, que se lleva a cabo cada 31 de diciembre. Esta celebración marca el cierre del año y simboliza la esperanza de comenzar un nuevo ciclo mejor que el anterior.
La quema del Año Viejo consiste en la creación de muñecos hechos de trapos y papel, que representan al año que está por terminar. Estos muñecos son colocados en las calles y plazas de las ciudades y pueblos, donde la gente se reúne para observar el espectáculo. Al llegar la medianoche, se prenden fuego a estos muñecos, simbolizando así el fin del año pasado y la bienvenida al nuevo año.
Esta tradición no solo tiene un significado simbólico, sino también un aspecto terapéutico. Al quemar el Año Viejo, se busca deshacerse de las malas energías y experiencias negativas del año que se va, para dar paso a nuevas oportunidades y esperanzas para el año que comienza.
En resumen,
La "quema del Año Viejo" es una tradición ecuatoriana que se lleva a cabo cada 31 de diciembre. Consiste en la creación de muñecos que representan al año que termina, los cuales son quemados a la medianoche. Esta celebración simboliza el cierre del año pasado y la esperanza de un nuevo ciclo mejor. Además de su significado simbólico, la quema del Año Viejo también tiene un aspecto terapéutico, ya que permite deshacerse de las malas energías y experiencias negativas del año que se va.