Existen 5 tipos de diabetes pero una es la más peligrosa

Siempre se habla de diabetes tipo 1 o tipo 2, pero un importante estudio publicado en la revista The Lancet Diabetes and Endocrinology fue contundente: no hay 2 tipos de diabetes, sino que son 5 los subgrupos de esta enfermedad. ¿Lo sabías?

En este artículo te explicamos en qué consiste cada una de estas categorías y cuál es la más severa para las personas diabéticas.

La diabetes tipo 5 o diabetes MODY-5 (Maturity Onset Diabetes in the Young) es un tipo de diabetes monogénica y poco frecuente, ya que se manifiesta en 1-2% de la población.

Una enfermedad monogénica como la diabetes 5, se produce a partir de una mutación (cualquier alteración en la secuencia del ADN de una célula) de un solo gen. 

En este caso, la aparición de esta variante fue producto de la mutación en el gen del factor de transcripción nuclear hepático 1-beta (HNF- 1β), situado en el locus del gen 17 cen-q21.3.

La diabetes 5 comienza a una edad temprana, antes de los 25 años y se relaciona a una nefropatía no diabética, aumentando el riesgo de complicaciones microvasculares que suelen manifestarse de forma prematura.

Por alguna razón que aún no está clara, en la diabetes 5 se observa que la cantidad nefronas es menor a la óptima, por ende, se producen quistes renales no congénitos, sino adquiridos, los cuales pueden supeditar la hipertensión arterial sistémica y causar el desarrollo de una insuficiencia renal crónica de forma rápida.

En suma, la diabetes tipo 5 causa alteraciones renales frecuentes, con episodios de nefropatía grave y de rápida progresión.

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Investigadores del Centro para la Diabetes de la Universidad de Lund, en Suecia, y del Instituto de Medicina Molecular de Finlandia, realizaron un estudio y concluyeron que existen 5 tipos de diabetes.

Es decir, según los resultados publicados en la revista The Lancet Diabetes and Endocrinology, estos son los 5 subgrupos identificados:

Diabetes tipo 1: este tipo de diabetes es severa y se debe a una enfermedad autoinmune que inhibe la producción de insulina, siendo su formación nula o escasa. 

Aparece generalmente en personas jóvenes, alrededor de los 30 años, aunque en menor medida también puede aparecer niños y adolescentes.

Diabetes tipo 2: este tipo de diabetes es severa y aparece por una deficiencia de insulina. El páncreas produce esta hormona, incluso en cantidades excesivas, pero, por alguna razón, se produce una especie de barrera y se genera una insuficiencia de insulina.

Aparece generalmente a partir de los 45 años y el mayor riesgo que se presenta con la diabetes tipo 2 es la ceguera.

Diabetes tipo 3: este tipo de diabetes es severa y aparece por una resistencia a la insulina, es decir, se produce la hormona pero el cuerpo no responde a ella.

Suele aparecer en personas con sobrepeso y el mayor riesgo de la diabetes tipo 3 es la consecuencia de enfermedades renales.

Diabetes tipo 4: este tipo de diabetes es moderada y se relacionada con la obesidad. 

Es decir, al igual que la diabetes tipo 3, esta variante se manifiesta principalmente en personas con mucho sobrepeso, pero que tienen una respuesta metabólica más cercana a los niveles normales respecto lo que sucede con los diabéticos del grupo 3.

Diabetes tipo 5: este tipo de diabetes es moderada e infrecuente. La diabetes tipo 5 causa alteraciones renales frecuentes.

En suma, estos 5 subgrupos identificados tienen diferencias entre sí y responden a tipos genéticos diversos, incluyendo, edad, variedades de riesgo y complicaciones vinculantes como patologías renales o ceguera.

Si bien la diabetes tipo 1 avanza con rapidez y no puede prevenirse, como sí ocurre con la diabetes tipo 2; los especialistas sugieren que es mayor el riesgo que tienen las personas diabéticas del subgrupo 2, ya que se estima que aumenta la probabilidad de tener problemas de salud como:

• Ataques al corazón.

• Derrames cerebrales.

• Fallas renales.

• Amputación de las extremidades inferiores.

¿Por qué razón? Se considera que hay 2 problemas principales: por un lado, el páncreas produce insuficiente insulina (hormona que controla el movimiento del azúcar en las células); y, por otro lado, las células no responden de forma correcta a la insulina e ingieren menos azúcar.